Cuando las temperaturas empiezan a subir, a más de uno le entra el deseo de quitarse la ropa y, ya de paso, entregarse al ritual del amor. Pero ¡aguas! El sexo animal no siempre es lo que promete, he aquí unos ejemplos.

1. A las abejas les explota el pene y los testículos después de aparearse. ¡Auch! Estos si que ven a Dios en el orgasmo. La razón es estrictamente práctica, pues con los órganos mutilados la reina crea un tapón y se asegura de que ningún otro zángano la fertilice.

2. Más allá del dolor, hay algunas especies que ejercen su sexualidad sólo para socializar, como los simios bonobos que usan el sexo para saludarse, resolver conflictos e intercambiar comida. ¡Changos!, si esto aplicara en los humanos no habríamos tantos inadaptados sociales.

3. Los caracoles de jardín, sin embargo, para dar y recibir placer tienen que hacer de ladito la cabeza, pues los genitales están en el cuello, lo que hace parecer a su apareamiento un tierno abrazo.

4. Y a los que si se les puede llamar vaqueros son a las chinches machos, quienes tienen los órganos reproductivos en forma de ballesta y fecundan a la hembra disparándole sin tener contacto alguno. Me cae que esto ni Chuck Norris lo puede igualar.

Ten cuidado con lo que deseas porque el siguiente en la lista podrías ser tú y sólo por querer sexo, animal.


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One Response so far.

  1. @jppl13 says:

    Y yo q me queja....estamos en la gloriaaa

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