Hoy no estoy para pingas, y de verdad que no lo estoy. Hace dos años mi abuelo dijo “Ya no soy de este mundo” y empezó a morir en medio de su peor terror: Pasar sus últimos días en un hospital.

Estuvo una semana conectado a una vida donde sus recuerdos eran apenas manchas borrosas, sin su música, sus miles de historias y sin su infinito amor a Dios.

Alfonso fue un hombre sencillo y alegre. Un hombre que durante 86 años me cobijó con un amor incondicional y grandes enseñanzas del clima. Fue mi abuelo, mi amigo y mi padre.

Te fuiste y el mundo sigue siendo el mismo, pero para mí la vida es completamente diferente porque el día que moriste, abuelo, yo quedé huérfana, y por eso es que hoy no estoy para pingas.

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One Response so far.

  1. Unknown says:

    ok entendi el mensaj y :( no tes triste haber quien t quiere quien t quiere? un abrazo

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