El viernes ya asoma sus primeras horas y seguro tienes ganas de ir a echar el trago, si estás en el DF, sólo te doy una recomendación: Hagas lo que hagas, no vayas a La Guadalupana de Coyoacán.

Para empezar no tienen estacionamiento ni valet parking, pero si esto no te intimida y decides visitar la pequeña cantina, lo primero que pasará es que los cuernos se te pondrán de punta con tanta cabeza de toro colgando de sus paredes.

Ya sentadito en tu mesa te darás cuenta que no hay música, el único ruido de fondo son los murmullos de oficinistas estresados, risas tímidas de uno que otro turista y el chocar de copas de sesentones que brindan por una conquista que nunca llegará.

Así que te quedarás? Pues bien. A estas alturas ya tendrás mucha sed, pedirás que te atiendan y tendrás que armarte de muuuucha paciencia porque los meseros, para hacerle honor a la decoración, son bastante bueyes.

No hay tragos especiales y la comida es bastante común. 5, 10, 15, con mucha suerte 20 minutos después tendrás un plato delante y una bebida con los hielos derretidos. Y, créeme, te dejarán mal sabor de boca.

¿Ya tuviste suficiente? ¡Ufff, ya era hora! A pedir la cuenta. ¿Quééééééééé? ¿Tantos ceros por una torta y una cerveza? Mejor ni te quejes, te dije que no era una buena idea ir, así que paga y lárgate de una vez.

Ahora lo sabes y que Dios me perdone por lo que voy a decir pero: La Guadalupana apesta.

Categories:

One Response so far.

  1. Anónimo says:

    Y cuando la segunda parte Lis?
    (incluyeme)

Leave a Reply