La vida de oficina es una mierda. La mía está llena de mujeres y todos los días debo escuchar grandes desgracias como uñas rotas, príncipes azules que no llegan y dolores premenstruales. Sólo con una persona puedo compartir injurias, blasfemias y malos modos, pero este pequeño oasis laboral tiene los días contados.

El muy cabrón empezó a planear la gran fuga cuando se enteró que le iban a bajar el sueldo. Desde entonces hizo cuentas: Sumó la crisis económica, restó su crisis sexual y multiplicó su desorden de personalidad, y dijo: “No me alcanza”.

Así que se instaló el chip del macho alfa y fue con los jefes a decir "o solucionan esto o me largo". Hubo negociación, estire y afloje, súplicas de una mujer embarazada, amenazas mías y al final una renuncia aceptada.

Se va a largar y va a dejarme a merced de los lugares comunes y las historias vacías. ¡Puta! La vida en la oficina es una mierda…







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3 Responses so far.

  1. Unknown says:

    yo quiero!!!!!!!!!!!!!!

  2. Unknown says:

    eso era para las pingas ja ja ja ya no llores por el guey que se va a mi me puedes dar los malos modos ;)

  3. Vientos por la incursión. Me conmoviste con ese primer post.
    Suerte. Nos estaremos leyendo por este medio de mayores posibiliades que el tweeter.
    Y sí, la oficina misma es una mierda, es mejor (en nuestra condición de moscas) volar a otro mojón, o quizá una fruta.

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