La vida de oficina es una mierda. La mía está llena de mujeres y todos los días debo escuchar grandes desgracias como uñas rotas, príncipes azules que no llegan y dolores premenstruales. Sólo con una persona puedo compartir injurias, blasfemias y malos modos, pero este pequeño oasis laboral tiene los días contados.
El muy cabrón empezó a planear la gran fuga cuando se enteró que le iban a bajar el sueldo. Desde entonces hizo cuentas: Sumó la crisis económica, restó su crisis sexual y multiplicó su desorden de personalidad, y dijo: “No me alcanza”.
Así que se instaló el chip del macho alfa y fue con los jefes a decir "o solucionan esto o me largo". Hubo negociación, estire y afloje, súplicas de una mujer embarazada, amenazas mías y al final una renuncia aceptada.
Se va a largar y va a dejarme a merced de los lugares comunes y las historias vacías. ¡Puta! La vida en la oficina es una mierda…
yo quiero!!!!!!!!!!!!!!
eso era para las pingas ja ja ja ya no llores por el guey que se va a mi me puedes dar los malos modos ;)
Vientos por la incursión. Me conmoviste con ese primer post.
Suerte. Nos estaremos leyendo por este medio de mayores posibiliades que el tweeter.
Y sí, la oficina misma es una mierda, es mejor (en nuestra condición de moscas) volar a otro mojón, o quizá una fruta.